El seguimiento del día a día de las fases de construcción, montaje, pruebas y puesta en marcha de la planta está efectuado por un supervisor específico o Jefe de Obra.
El supervisor puede ser residente o con una dedicación mínima.
La eficacia de la supervisión de obra está en función de disponer de una adecuada organización, lo que supone un esfuerzo simultáneo de la propiedad, la Ingeniería y los contratistas.
La organización de la obra está formada por el propio director de obra y los supervisores.
El número de supervisores depende del tipo de Proyecto, volumen y número de contratistas, aunque por norma general será un supervisor cualificado por cada una de las especialidades.